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sábado, 4 de febrero de 2012

SOBRE EL MAL DE ALZHEIMER Y LOS RASGUÑOS



Los rasguños son heridas superficiales, donde por lo general, sólo la capa más externa de la piel (epidermis) se daña. A veces, esos rasguños son más profundos llegando a afectar a la dermis.
Por lo general estas pequeñas heridas, son superficiales, no son muy sangrantes, pero los más profundos pueden serlo. Estas abrasiones o rasguños cuando se producen en la cara, brazos, manos, orejas o la cabeza tienden a sangrar mucho debido a que el suministro de sangre es más alto en estas zonas. En la gran mayoría de los casos, sólo producirán un líquido claro o rosado, que es considerado normal, sin llegar a sangrar. Es curioso como los rasguños superficiales tienden a ser más dolorosos que los más profundos, eso es debido a que las terminaciones nerviosas están más expuestas que en los superficiales.
Son ciertamente frecuentes en los enfermos de este Mal por su patología complicada y como a mi me gusta llamarle…..FARRAGOSA. A menudo llegan a infectarse por las diversas causas por las que se producen y como resultado de esto, también duelen. Por lo tanto debe mantenerse la herida limpia para evitar la infección y minimizar el dolor. Algo importante que no podemos olvidar, es el comprobar si tienen o no la vacuna contra el tétanos.
Los signos de infección, son iguales a los de cualquier herida y pueden ser:
• Un aumento o cambio en el nivel del dolor.
• Aumento del enrojecimiento.
• Inflamación.
• Un aumento en la cantidad y el color del exudado (líquido) de la herida.
• Olor en la herida.
• Alta temperatura.
Veamos ahora su tratamiento: La herida debe limpiarse con agua del grifo, eso sí, que esté tibia, después aplicaremos cualquier desinfectante, para prevenir la infección. Si sangra apliquemos una ligera presión, directa sobre la herida con una gasa. Si después de 10 minutos el sangrado se ha detenido podemos colocar un apósito sobre la herida. A la hora de elegir un apósito tenemos que tener en cuenta que:
• Pueda mantener la herida húmeda (pero no demasiado)
• Pueda cubrir la herida por completo para evitar que las bacterias entren en contacto con la herida.
• No cause dolor al ponerlo o quitarlo
Si hemos utilizado una capa de contacto con la herida, es necesario colocar otro apósito (secundario) para proteger y absorber la exudación de la herida. Este apósito secundario se debe cambiar si se moja, si aparece exudado (líquido de la herida) en el apósito. Si no mejora en unos días, tenemos que ser asesorado por profesionales sanitarios y seguir las indicaciones de su médico o enfermera de familia.
Aunque sólo son heridas superficiales, pueden ser dolorosas, y a veces pueden sentirse como "latentes". Por ello, es importante tratar de disminuir este dolor tanto como sea posible. Para ello debemos utilizar un simple vendaje que proteja la herida. Normalmente, el dolor se produce como resultado directo del daño tisular (heridas), y puede llegar a ser intenso, pero por lo general desaparece rápidamente. Aunque ese dolor en la herida es obviamente algo personal, recuerde, cuidador/ra, que usted no está sol@ y hay maneras de ayudarle a controlar el dolor que le produce la herida, solo con la visita de su enfermera de familia de su Centro de Salud, quien de manera personalizada le marcará las pautas a seguir en el cambio de apósito, no olvidemos que algunos apósitos pueden arrancar la parte “superior” de la herida (el “lecho de la herida”) y la piel de alrededor, produciendo ese temido dolor. Debemos utilizar siempre un apósito que proteja la herida y la piel circundante. Son los profesionales de la salud quienes pueden y deben sugerir una serie de formas para ayudar a controlar la herida, incluyendo medicamentos para aliviar el dolor, o la infección. También les enseñaran otras muchas intervenciones no farmacológicas que pueden introducirse en el tratamiento de dicha herida.

Agradecimientos:
Lorenzo R.S.

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