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viernes, 30 de diciembre de 2011

La salud del cuidador también está en juego

Hacerse cargo de un familiar con un impedimento cognitivo o con la enfermedad de Alzheimer es una tarea agotadora y, muchas veces, enfermante. Y cuanto más grave es la condición de la persona enferma más se resiente la salud de quien la cuida.

Tina Savla, psicóloga de la Universidad de Virginia Tech (Estados Unidos), realizó una investigación donde encontró que el nivel de cortisol u “hormona del estrés” aumenta en las personas que cuidan a un familiar enfermo cuando la condición del ser amado empeora.

“Apoyar a una familiar con dificultades cognitivas muchas veces requiere importantes cambios en los roles y responsabilidades diarios. Estas modificaciones afectan las relaciones familiares y la salud psicológica, y tienen consecuencias para el estado físico de la pareja”, afirmó Savla. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Journal of Gerontology.

El impedimento cognitivo leve genera dificultades cognitivas como problemas de la memoria. Esta condición no impide que una persona siga con su rutina diaria pero genera mucha ansiedad en toda la familia. Además, puede ser la antesala para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

En su investigación, Savla trabajó con 30 mujeres que estaban cuidando a sus maridos ya sea por un impedimento cognitivo leve o un mal de Alzheimer. La experta habló con ellas durante siete días consecutivos para averiguar como había sido su día y el de su esposo, y como su estado de ánimo y el de su compañero había fluctuado durante la jornada.

A su vez, los investigadores recolectaron muestras de saliva de las voluntarias para chequear sus niveles de cortisol.

Savla encontró que cuando los problemas de conducta de los familiares enfermos empeoraban, sus mujeres debían dejar de lado sus propias tareas y actividades. Por ese motivo, dejaban muchas cosas sin hacer y esto les generaba una gran frustración. Si esta situación implicaba peleas con su pareja, entonces el estrés era aún más importante.

Estos momentos de agotamientos y nervios coincidieron con un incremento en la cantidad de cortisol en la saliva de las voluntarias. Savla afirmó que esto significa que las cuidadoras “están sufriendo un estrés que las pone en riesgo de tener problemas en su salud física”.

Agradecimientos: "Panoramadiario.com"

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